Ministro Carroza acusa como cómplice a ex comandante en jefe del Ejército Juan Emilio Cheyre en caso Caravana de la Muerte

El juez investiga los hechos acontecidos en el regimiento Arica de La Serena en octubre de 1973, donde hubo 15 homicidios.

 

El ministro Mario Carroza informó hoy que acusó al ex comandante en jefe del Ejército y ex consejero del Servel Juan Emilio Cheyre como cómplice en el caso de la Caravana de la Muerte.

Carroza, quien es el juez de la Corte de Apelaciones dedicado a las causas de violaciones a derechos humanos en la dictadura de Augusto Pinochet, dijo a T13 que “se dictó acusación contras todas aquellas personas que estaban ya procesadas con anterioridad, entre esos el general”.

El juez investiga los hechos acontecidos en el regimiento Arica de La Serena en octubre de 1973, donde hubo 15 homicidios durante el paso de la denominada Caravana de la Muerte.

En esa época, Cheyre, quien hoy es militar en retiro, era tteniente del Ejército

De: Latercera.com

Por: Sebastián Rivas

 

 

Agustín Edwards el civil impune

La muerte del magnate de la prensa, coloca en el debate público, por enésima vez, el rol de los civiles en la creación de las condiciones para el golpe de Estado y luego en la instauración de una dictadura terrorista, como herramienta esencial para imponer brutales transformaciones económicas neoliberales. En todas las etapas de este proceso destacó la actuación de Agustín Edwards

La muerte del magnate de la prensa, coloca en el debate público, por enésima vez, el rol de los civiles en la creación de las condiciones para el golpe de Estado y luego en la instauración de una dictadura terrorista, como herramienta esencial para imponer brutales transformaciones económicas neoliberales. En todas las etapas de este proceso destacó la actuación de Agustín Edwards.
Edwards, no solo encabezó la conjura internacional en contra del gobierno legítimo de Salvador Allende. Desde las páginas de sus periódicos brindó cobertura a las operaciones más salvajes de terrorismo de Estado, en una suerte de división del trabajo, donde la DINA secuestraba, torturaba y desaparecía y sus diarios desinformaban e intentaban encubrir los crímenes. Así operó en el caso de los 119 detenidos desaparecidos, a los cuales se intentó presentar como asesinados por sus propios camaradas o muertos en supuestos enfrentamientos con la gendarmería argentina. Incluso, en el caso de Lumi Videla, el Mercurio publicó una viñeta festinando el asesinato y lanzamiento del cadáver de la dirigente mirista al interior de la embajada de Italia.

Esta labor sistemática de falseamiento y de menosprecio y escarnio hacia las víctimas, motivaron al Tribunal Nacional de Ética y Disciplina del Colegio de Periodistas de Chile a expulsarlo de la orden, en mayo de 2015.

La Corporación Villa Grimaldi lamenta la impunidad que benefició a Edwards, especialmente durante la post dictadura. Personajes como él, plantean el desafío hacia el futuro de castigar con severidad no solo a los victimarios uniformados, sino también a los civiles que instigan y se hacen cómplices de la maquinaria terrorista. Sólo de esta forma se podrán establecer mayores garantías de no repetición de crímenes tan atroces, como los que encubrió el dueño de la cadena de periódicos El Mercurio.

De: villagrimaldi.cl

 

«EL PAGO DE CHILE» (DESDE EL EXILIO).

CARTA ABIERTA A: VÍCTOR ROSAS VERGARA, ABOGADO

REF. VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS

Con el debido respeto, y por intermedio de esta nota, quiero notificarlo de algo que quizás suene irreverente, con respecto a la vulneración de igualdad ante la ley que he recibido y la mala gestión que produjo los resultados de la Quinta demanda de su defensa. Debo anunciarle, acciones penales en su contra, lo que consulto seriamente para usar todas las herramientas legales disponibles para demandarlo por la cantidad de 147 millones (faltantes) por negligencia profesional.

En atención al pobre resultado que logró con su actuación. Cito algunos de sus propios comentarios, abogado: “Le recuerdo que ante esta inicua sentencia”, “nefasto resultado de nuestra quinta demanda civil colectiva”, “este magro resultado alcanzado en tribunales chilenos”.

¡SEAMOS CREÍBLES!

Pese al reconocimiento duro que hace usted mismo de la infame defensa que realizó, tuvo el atrevimiento de criticar mi opinión, “acuchillándome por la espalda” y diciendo en un correo electrónico que le envió a otras personas: «Un compañero residente en Estados Unidos (Juan Carlos) discrepa de la sentencia dispone. Comprendo que alguien residente en un país muy desarrollado y que está acostumbrado a otro nivel de vida y consumo le parezca una suma para él despreciable o insignificante».

Ningún hombre debe ser molestado por razón de sus opiniones (X). Woody Allen tenía esta gran frase en su obra de teatro “Central Park West”. Decía: “La gente no te odia por tus defectos, te odia por tus buenas cualidades”.

INJUSTA JUSTICIA

¿Entonces, qué está pasando aquí?, ¿Acaso en Chile existen exprisioneros políticos de primera y segunda clase?, ¿Porqué, tenemos que conformarnos con tres millones si a otros exprisioneros políticos que buscan JUSTICIA, VERDAD y REPARACIÓN y que solo estuvieron detenidos un año, reciben 150 millones de pesos?

Con “el pago de Chile” me ha demostrado abogado, su falta de agradecimiento e ingratitud, después de ayudarle a conseguir reconocimiento internacional y nacional en la lucha por los derechos humanos. ¿Yo puedo pagar sus honorarios aún por sus malos servicios profesionales?, ¿Pero usted, de este modo paga por los servicios prestados? Quedo estupefacto de tanto que utiliza despectivamente la palabra “yanacona” para calificar de “cobardes o traidores” a los demás, mientras que su forma de ser es inaceptable. Si tiene dudas o mala memoria acerca de mi testimonio, le invito a que lea en Paladines, Edición Global, lo que hay escrito acerca de VD. en el artículo: MEMORIA. EL LEGADO DE PALADINES. La verdad que no le vendría mal.

Lamento decirle que hemos esperado media vida en el exilio por justicia y no es la verdad que se acaba con la vida, sino lo que se acaba son los sueños”.

La esperanza a una reparación justa, seguirá dormida sin resolverse por MUCHOS años más de espera, ahora en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), mientras que las víctimas siguen muriendo día con día sin haber hallado consuelo en la JUSTICIA, VERDAD y REPARACIÓN.

Tanta lucha, tanta sangre derramada, tantos sueños perdidos, tanta resistencia todos estos años para terminar solo con promesas de una REPARACIÓN INCUMPLIDA. Es un vil desprecio a esa clase trabajadora que aun lucha por hacer de la política algo más altruista y que después de tantas perdidas humanas y sufrimientos aspire a que se le dignifique su existencia y coraje con una REPARACIÓN QUE VALGA LA PENA.

ESTA ES MI HISTORIA…

Fui tratado cobarde y salvajemente con aplicación de tormentos por mis captores cuando fui detenido. Permanecí por casi tres años de cautiverio los años 1973-1976, y pasando por distintos sitios donde fui maltratado y torturado (Policía de Investigaciones, Estadio Chile, Campo de Concentraciones de Chacabuco-Antofagasta, Cárcel Pública, Penitencería y Tres Álamos).

En mi calidad de víctima fui forzado en el Campo de Chacabuco, a desnudarme en el frío amanecer cada mañana en el desierto y obligado a cantar el himno nacional y de forma repetida las dos últimas estrofas (acerca de los valientes soldados).

Todas estas condiciones terribles debieran haber sido consideradas por el Estado para repararme como sobreviente adecuadamente como una de las víctimas de la Quinta Demanda, tal como se hizo con los 150 millones que recibieron los exprisioneros políticos de isla Dawson.

Desde el exilio, exhortó al Estado y al Poder Judicial a que respete el Artículo 14 de la Comisión Internacional de la Tortura y que no desprecie a las víctimas. El Artículo 14, establece reparar adecuadamente a las víctimas de tortura y el derecho a una indemnización justa y adecuada.

Las víctimas que produjo el golpe de Estado fascista de Pinochet, siguen muriendo día con día sin haber hallado consuelo en la JUSTICIA, VERDAD y REPARACIÓN de la que tanto se habla.

 

Juan Carlos C. J.,
Exprisionero Político en el Exilio
Estados Unidos
http://codigodelaluz.blogspot.com

Los forados de la historia

La demolición del edificio de la Academia de Guerra Naval, por parte de la Armada a inicios de febrero, y los silencios que ha tenido que encarar la Corporación de Memoria y Cultura de Puchuncaví para obtener el terreno donde se emplazó el antiguo campo de prisioneros, subrayan los obstáculos para preservar la memoria en Valparaíso y alrededores. Una partida entre el olvido y la memoria se juega en muchos puntos de Chile.IMG_0337

Silenciosamente, entre el 8 y 10 de febrero pasado, la Armada demolió el edificio de la antigua Academia de Guerra Naval (AGN), ubicado al final de la calle Pedro León Gallo, en una colina que baja al mar, en el barrio de Playa Ancha. Allí se configuró el golpe de Estado. Allí fungió el cuartel central del almirante Toribio Merino durante el 11 de septiembre. La locación también fue conocida por los centenares que fueron detenidos en los días posteriores. Al edificio fueron trasladados obreros, estudiantes, profesores, mujeres y jóvenes; militantes y simpatizantes de partidos de izquierda. Allí fueron vejados y torturados. Miguel Woodward, el sacerdote que había abrazado la causa de los pobladores, era uno de ellos. Tras ser sometido a tormentos en la Universidad Técnica Federico Santa María, fue trasladado a la AGN desde donde salió agónico hasta el buque-escuela Esmeralda. Luego fue desaparecido.

En el mapa de los sitios donde operó el terrorismo de Estado en Valparaíso, la AGN, junto al adyacente cuartel Silva Palma, relumbran como infames faros. “Tenía que dejar alimentos a los detenidos en la Academia. Hacíamos varias triquiñuelas para averiguar quiénes estaban ahí porque no se podía hablar”, rememora hoy Ricardo Tobar, cabo segundo, y uno de los marinos que intentó impedir la conjura golpista al interior de la Armada. No militaba en ningún partido de la UP pero simpatizaba con el MIR. Fue detenido el 15 de septiembre de 1973, por la FACH, en Quintero. Fue torturado y sometido a Consejo de Guerra. Desde hace años, es uno de los voceros de los Marinos Constitucionalistas y Antigolpistas, una de las agrupaciones que denunciaron el subrepticio derribo del alguna vez llamado -macabramente- “Palacio de la Risa”.
“Desde que entré a la marina, en 1964, (Allende) fue el único presidente que dijo algo por el perraje. Nos subió el sueldo. Entonces era la conciencia de clase la que jugaba a nuestro favor. El 90% o más somos hijos de obreros”, recuerda. El mayor de 7 hermanos, y oriundo del barrio de Miraflores Alto, en Viña del Mar, había ingresado con 15 años a una institución que podía darle, como cuenta hoy, una solución rápida a la escasez. “Fue la jugada de mis padres para que tuviéramos buena educación. Por edad no podía llegar a la universidad, así que era la posibilidad”.

Con sus compañeros percibió ya, a fines de los 60, el talante reaccionario de la oficialidad naval, institución conocida por su clasismo. “Cuando salió Allende, las arengas que hacían los oficiales empezaron contra el gobierno”, dice. En su unidad, la Escuela de Armamento de Las Salinas, también observó la inquietante presencia de marines y asesores militares estadounidenses.

– ¿Usted sospechaba que se incubaba en la Armada ese nivel de encarnizamiento en la represión?

“Absolutamente no. Sí sabíamos que el entrenamiento para los buzos tácticos era totalmente brutal. Tenían que descuartizar un animal doméstico… Algo propio de los gurkhas. La Infantería de Marina sí practicaba la brutalidad. Muchos se salían porque no se identificaban con lo que pasaba allí. Al (almirante Eugenio) Codina, cuando nos reunimos con él (en 2009), le preguntamos en qué parte de la instrucción naval se enseñaba a dar golpes de Estado”.

– ¿Cómo se transformaba un conscripto en una máquina de matar y torturar y, más aún, desconectado de su origen?

“Es muy fácil: El embrutecimiento. Una persona que entró medianamente al colegio, que no tuvo la capacidad de crecer como persona, era más fácil encuadrarla en el sistema de ellos. El mando siempre tiene la razón. También va a depender la guía primera que tengan, que son los padres”, contesta.

Tobar cree que el objetivo de la demolición de la AGN no sólo es el borrado de la memoria si no complementarios intereses inmobiliarios. “¿Quién o quiénes dieron la orden?”, pregunta. Recuerda cuando, a principios de los 90, echaron abajo el Fuerte Papudo, en el sector de Recreo. Hoy en ese predio se aprecian edificios. “Cuando iban a vender Las Salinas a la inmobiliaria del grupo Luksic ¿quién le permite a la Armada, que forma parte del Estado, vender cosas del Estado?. Los ex presos estamos pidiendo, desde siempre, verdad, justicia y reparación. Dentro está la de mantener los sitios de memoria”.

Por tal motivo, señala, junto al Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) han presentado una acción para impedir la demolición del cuartel Silva Palma, que ven como un acto más dentro de una narración, hasta el momento impune.

“Los vestigios del pasado reciente siempre han incomodado a las FFAA y se han encargado de hacer prevalecer su visión histórica de la dictadura”, señala Alejandra López, historiadora, quien desarrolla hoy un Magíster en Derecho Internacional de Derechos Humanos. Su tesina versa sobre el derecho a la memoria y los procesos de memorialización. “Es de la mayor relevancia ético-moral que los sitios donde ocurrieron crímenes de lesa humanidad, sean rescatados por quienes sufrieron ahí prisión política y tortura. Son ellos, los testigos-sobrevivientes. Quienes más que ellos, son los llamados a liderar iniciativas de rescate de la memoria histórica reciente”.

CARRERAS INTERRUMPIDAS

En septiembre de 1973, Jorge Rojas era estudiante de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM), tenía 20 años y era cercano al PS. Fue detenido en octubre, al intentar inscribir los ramos del segundo semestre. Efectivos navales habían ocupado el recinto universitario desde las primeras horas del golpe de estado. Un listado puesto en la entrada les indicaba qué estudiantes debían ser apresados. Tras algunas horas fue subido a un camión, junto a otros jóvenes. Algunos viajaron sentados en el piso y otros acostados “para no ser vistos en el cruce de la ciudad”, recuerda. El destino era la Academia de Guerra Naval.

Las torturas físicas y psicológicas comenzaron desde que el grupo descendió desde el vehículo. Fueron encapuchados, y al momento de subir al tristemente célebre cuarto piso, “se pasaba una suerte de ‘callejon negro’ con golpes de culata, puntapies y puños”, recuerda Rojas. “Eran dos grandes salas. La primera, donde se llegaba en espera del interrogatorio, y la segunda, más pequeña, donde uno pasaba después. En la primera era habitual que llegara algún oficial ‘malo’ y ordenara largos períodos en posición inmóvil, que inducían calambres y otros malestares; quien cambiaba de posición era pateado. La rutina de encarcelamiento era continua. No había hora de levantarse o comida. Sólo algunas veces al día se podía ir al baño, en grupo y encapuchado”

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Ricardo Tobar, del grupo de Marinos Constitucionalistas Antigolpistas

El baño también estaba en el cuarto piso, que aseaban los mismos prisioneros. “(Había) cero posibilidad de higiene personal, ni siquiera bucal. Alguna vez trajeron un recipiente con arroz y papas incomibles. Los interrogatorios eran en cualquier momento del día pero preferentemente de noche. Las luces estaban prendidas permanentemente y dormir era un suplicio pues llamaban todo el tiempo a alguien a interrogar. Yo fui interrogado tipo 4 de la mañana. Me sacaron con una capucha olor a vómito y un ‘cosaco’ (infante de marina) me iba torciendo el brazo. Casi al llegar al lugar de interrogatorio, recibí un fuerte golpe en la cabeza. No sé si fui golpeado o se me hizo golpear con un palo atravesado. Sigue leyendo Los forados de la historia